21 abr 2012

Roberto Huezo

A veces es imposible separar al hombre del artista. Es el caso de Roberto Huezo. Su obra mantiene con su vida una relación simbiótica. En los tiempos de guerra de su país, El Salvador, Huezo fue un ardiente defensor de los derechos humanos y de la libertad y batalló junto a los jesuitas y a organismos internacionales a fin de que se dejara sentir la voz de los pobres, de los marginados y de los humillados por un sistema que les exprime y suelta el bagazo como se hace con cualquier objeto desechable. 
 Entre lo mas destacado del artista es el Vía Crucis del puebl salvadoreño
ubicado en la capilla de la Universidad Centroámericana José Simeon Cañas 

Estos dibujos del pintor Roberto Huezo fueron inspirados en el dolor y el sufrimiento del pueblo salvadoreño. Los años previos a la agudización militar del conflicto, se caracterizan por la aparición de cuerpos asesinados, torturados y masacrados en casi cualquier lugar de El Salvador. Setenta y cinco mil muertos son el saldo de esta violencia. Y la tragedia aún prosigue…
Los cuadros expresan el dolor que el pueblo ha cargado, como inmensa cruz, camino de su liberación. Catorce cuadros: Vía Crucis de todo El Salvador sufriente. Catorce cuadros en espera sostenida de un décimo quinto: el de la Resurrección de este pueblo, cuadro anhelado donde el rojo de la sangre se transforme en el bellísimo rojo que difunde el sol sobre las nubes al anunciar la aurora…
La presencia de estas crudas expresiones artísticas, violentas y desnudas, impresionan y, a veces, sorprenden a visitantes que critican su presencia en la capilla.
Sin embargo, éste es el modo exacto con que Jesús –encarnado en carne de pueblo salvadoreño- va hoy haciendo en esta tierra su Vía Crucis, el “Camino de la cruz”…








17 abr 2012

Antonio Bonilla (mural del bicentenario)

Su obra es rebelde e irreverente hacia todo tipo de autoridad socialmente establecida, ya sea  política, militar o religiosa. Diríase que es un agitador incitando a la subversión no sólo contra el poder socialmente establecido, al cual ataca sin piedad, sino también contra las concepciones morales y la escala de valores alienantes del sistema en el que estamos inmersos en esta sociedad descabellada y consumista., no en vano en mucha de su obra observamos seres y atmósferas con rasgos surrealistas e imágenes oníricas y perturbadoras; seres que son mutaciones entre hombres y monstruos. 

Hablaremos del mural del bicentenario el cual relaizo el pintor Salvadoreño ,el cual se encuentra ubicado en el Museo Nacional de Antropología MUNA.

“El mural honra la memoria de los mártires víctimas y héroes conocidos y anónimos de estas luchas.  Este mural marca un hito en la historia del arte en nuestro país, deja para posteridad un documento de nuestra historia colectiva inspirado en la técnica muralista fue elaborado con el propósito de crear más espacios culturales de reflexión sobre el proyecto emancipatorio en El Salvador. La obra de gran dimensión fue diseñada por Bonilla con base en un concepto figurativo, donde se pueden reconocer con facilidad los retratos de memorables participantes de la historia como lo son: los próceres, Monseñor Romero, los sacerdotes Jesuitas, Prudencia Ayala, entre otros.
  
El mural está distribuido como un altar de iglesia que le da forma a un políptico se denomina así aquella pintura que posee múltiples divisiones o secciones,  donde se muestra en varios recuadros algunos sucesos y hechos simbólicos como el nacimiento del jaguar, la mujer, la lucha del tigre y el venado, la conquista, violación y mestizaje, esclavitud y el levantamiento del 32.
Con 35 años, el maestro del “feísmo”, como ha sido apodado en el mundo de las artes, sostuvo que haber pintado el mural ha sido gratificante, pues muestra en gran magnitud su trabajo, a la vez que deja un legado importante para las nuevas generaciones.

15 abr 2012

Camilo Minero


Camilo Minero, trató de plasmar en sus obras la realidad social de los pueblos latinoamericanos, en especial de El Salvador y Centroamérica
Siempre su pintura ha sido de expresión social, aun en los temas indigenistas y arqueológicos; su pintura simboliza la inquietud permanente que debe poseer el hombre, de superarse, de salir algún día de la ignorancia; que luche por ser hombre en el verdadero sentido de la palabra.

Actualmente trabaja su pintura casi especialmente en los temas del niño. El mismo manifiesta “que el niño es lo que mas conmueve su corazón aquí en la tierra”.

Su pintura en amarillos y de composición geométrica visible que ha adoptado desde hace muchos años en todas sus obras, se debe, según sus palabras: “Desde que estuvo en México, becado por el Gobierno de de El Salvador, donde se su talento dio un gran giro al analizar los murales de Diego Rivera el maestro de los murales las diagonales,  inspirados en los artistas griegos, del Renacimiento, manieristas, neoclásicos y muchos más, trazaron líneas geométricas basadas en el equilibrio rítmico del hombre, es decir, en las medidas universales, con la variedad que la mayoría de ellos lo ocultaron como trazado, pero están subyacentes en el conjunto. Yo dejo esos trazados visibles, a veces en llenos y otras en vacíos como una sensación calidoscópica, en formas prismáticas o de luces quebradas, en busca de la cuarta dimensión.

Sobre el amarillo, crea una innovación de  tradicional expresión estética.
el pintor expresa los amarillos frenéticos, cálidos, los rojos vivos e irritantes que provoquen la furia y la cólera revelante; el blanco quiere decir paz; los anaranjados y los sienas son atenuantes, acordes de los amarillos.Veamos algunas obras de Camilo Minero:



































14 abr 2012

Julia Díaz (artísta salvadoreña)


Un mundo de formas y colores diversos; paisajes naturales llenos de esplendor con frondosa vegetación; teatros pueblerinos del pulgarcito de América, iglesias coloniales, casas coloridas de barro. Escenarios engalanados de rostros masculinos como femeninos; colmados de angustia y satisfacción, que reflejan la niñez desamparada,la ardua faena del campesino y campesina, la vida radiante y la muerte oscura, esto hereda Julia Díaz a El Salvador.



“El legado, de ‘Julita’ tiene un valor histórico representativo del arte salvadoreño del siglo XX”.
 

 Precisamente la herencia cultural de Díaz se divide en cinco temáticas que recorren la historia de la pintura nacional, a lo largo de los últimos cien años: el paisaje, que deja ver el movimiento llamado Impresionismo, donde el artista sale a pintar al aire libre para poder reproducir con fidelidad los vibrantes colores de la naturaleza; el mundo cotidiano, que resalta la realidad habitual representada por el realismo francés, el mismo que se generalizó en la segunda mitad del siglo XIX; se capta el ambiente de la vida del campesino y del indígena, llegando a destacar la figura del salvadoreño; el retrato, en el que el ser humano ha deseado inmortalizarse, dejando plasmada su imagen, ya sea en pintura o escultura; la visión fantástica, que presenta el Surrealismo y que exhibe un mundo irracional, es decir, el escape o negación de la realidad, como sucede en las visiones de los sueños o la fantasía infantil. Por último, la interpretación de la realidad, que es cuando los pintores tienden a alejarse de un planteamiento objetivo y buscan nuevas formas de expresión, logrando visiones más analíticas y reflexivas de la realidad.Las obras de Julia Díaz se puede observar en el museo FORMA de El Salvador.






                                           "CARROUSEL"
                                                (1,983"

                                                 

                                                        
                                                       






               "EL GRITO"
                  (1,982)





                                            "GRUPO FAMILIAR"
                                                     (1,959)





                  "HERMANITOS"

13 abr 2012

Carlos Cañas (pintor salvadoreño)

Carlos Cañas llama a su pintura la Gran Síntesis, porque en ella se aúnan elementos que él posee: soledad, libertad, y pureza. Cañas se inicia en la Escuela Nacional de Artes Gráficas. Obtiene una beca y parte hacia España y mientras navegaba hacia el viejo continente. Ya entonces tenía sus ideas y una concepción social del arte, del muralismo en los pintores mexicanos,  regresa a El Salvador diez años después. Profundas experiencias han marcado su vida. Cañas pinta la soledad. La soledad aparece mucho en la pintura.

 
Entre lo mas destacado por el artista esta ubicada en el Teatro Nacional de San Salvador esta  Majestuosa vista vertical de la cúpula central La cual esta decorado con un mural, que mide aproximadamente doscientos treinta metros cuadrados y se encuentra en la cupula elipsoidal, y se ha desarrollado una secuencia felìz idìlica de la vida.La obra es llamada "El mestizaje cultural" Se diviide en cuatro paños que definen los cuatro puntos cardinales. La division se presenta por la colocación de cuatro florales y libres, dejando entre base y base, los cuatro espacios por paños que son las caras del oriente, poniente, norte y sur. Al mismo tiempo son los puntos y las lineas que determinan el cuadrado de las areas comprendidas en las cuatro esquinas de la cosmogonìa maya; sin llegar desde luego como es obvio a la específica tipificaciòn formista de su propia expresión grafica.

En la parte superior de la cabellera-agua, aparece un rostro y surgiendo de la interioridad de un guacal vegetal, símbolo del mestizaje aludido, quedando las dos figuras flotando en el pórtico mágico, lugar donde los espíritus del agua son portadores de lo transparente. También rodean a las figuras centrales, los espíritus del aire, del sueño, así como dos figuras cuyas cabelleras de cerradas hojas las transforman en mujeres-arbustos; ambas figuras colocadas sobre jícaras gigantes, prodigan flores y rostros-flores.

En su opuesto, que es el paño ubicado al poniente, se encuentra la segunda fuente que presenta el mestizaje cultural que somos. Es una fuente compuesta de recipientes de vegetales secos, utilitarios de los cuales emerge una figura de pelo negro rodeada por cuerpos vegetales, humanos, como relación  directa de lo mágico en la realidad objetiva. Su atmósfera total queda. Las figuras femeninas se encuentran adornadas de larga cabelleras negras, castañas y rubias; sus cabezas están coronadas de flores todas ellas tienen un movimiento manifestado por gestos teatralizados como condición plástica de la actividad teatral y su ilusión al contenido del edificio. Los tres personajes masculinos visten atavíos de distintas épocas del coloniaje, representando así el memorialismo de mi pintura. Ello es también la transformación de dos culturas en una sola.

Las tres parejas, hombre y mujer; tienen como significado la evolución en el tiempo desde la conquista a nuestro momento de los gemelos formadores en su encuentro con la visión del cambio del mundo. El color con el cual se ha tratado la parte superior del mural, es el azul profundo pleno de modulaciones tonales que sobrepasan el encierro de la linterna final y sus cuatro vitrales àurios, logrando con tal procedimiento sacar lo interior al mundo exterior y traer por el mismo conducto, el mundo exterior al  espacio interno y cerrado del teatro. Este mural muestra dentro de su estructura rítmica y ascendente, real y mágico, mi contribución a lo barroco americano de hoy, conjuntando totalmente mi pintura con lo arquitectónico, como echo fundamentalmente material.